¿Qué significa tener mal carácter? Según especialistas, este concepto abarca numerosas conductas, actitudes, pensamientos y dichos que catalogamos como inapropiadas a la hora de pensar una relación saludable. Mantener a raya una personalidad fuerte puede ser complicado. Por eso, te proponemos consejos prácticos posibles de aplicar en simples rutinas.
El mal carácter surge de una mala gestión de las emociones, en especial cuando no vemos invadidos por el enojo o la tristeza. Entre sus principales características se encuentran: las respuestas excesivas y conductas inapropiadas ante diversos estímulos. Lo cierto es que esta condición puede acarrear problemas en la vida cotidiana de las personas, como en el ámbito laboral, social, educativa e incluso familiar.
Ahora, ¿quieres intentar mejorar esta situación? ¿Estás preparado para controlar tu carácter? Empieza por tener en cuenta estos cinco consejos útiles que serán de utilidad en tu vida cotidiana.
1. Piensa antes de hablar: en un momento acalorado, es fácil largar la lengua y más tarde, posiblemente, te arrepentirás. Ordenar los pensamientos antes de hablar es un buen recurso.
2. Una vez que calmado, expresa tu enfado: es necesario que expliques con claridad y tranquilidad tus preocupaciones necesidades, sin confrontar con los demás.
3. Haz ejercicios: está comprobado que la actividad física reduce el estrés. Cuando sientes que algo te sobrepasa, sal a caminar, correr o poner en práctica alguna actividad que disfrutes.
4. Mantente sólo un rato: toma descansos en soledad durante los momentos del día que suelen ser estresantes.
5. Identifica posibles soluciones: en lugar de centrarte en el enfado, intenta resolver el problema que tienes entre tus manos. La ira solo empeorará la situación.
Pero, además, especialistas plantean otras técnicas a las que recurrir para superar el mal genio. Algunos de los consejos que proponen son:
Aprende técnicas de regulación emocional: ser conscientes de las sensaciones que nuestras emociones producen en nuestro cuerpo, identificar y etiquetar nuestras emociones y poner en marcha estrategias para controlar dichas emociones.
Técnicas de comunicación asertiva: que se abandone el estilo de comunicación agresivo prototípico de esta forma de comportarse. Existen diferentes tipos de comunicación asertiva.
Otras opciones: si se considera el mal carácter como un problema de personalidad, deberemos valorar de qué forma interfiere con la vida diaria y qué necesidades deberían ser atendidas. En tal caso, una buena ayuda es realizar una terapia psicológica.