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Las plantas necesitan nutrientes para crecer sanas y fuertes, pero no siempre es necesario comprar fertilizantes químicos que pueden ser costosos y contaminantes. Existe una forma de utilizar los restos orgánicos que generamos en nuestra cocina para elaborar un fertilizante natural y ecológico que aportará beneficios a nuestras plantas y al medio ambiente. En este artículo te explicamos cómo hacerlo paso a paso.
¿Qué restos orgánicos podemos usar?
No todos los restos orgánicos son aptos para hacer fertilizante, ya que algunos pueden atraer plagas, malos olores o enfermedades. Los más recomendables son los siguientes:
- Cáscaras de frutas y verduras: aportan potasio, fósforo, calcio y otros minerales esenciales para las plantas.
- Cáscaras de huevo: son una fuente de calcio, que ayuda a fortalecer las paredes celulares de las plantas y a prevenir enfermedades como la podredumbre apical.
- Posos de café: contienen nitrógeno, que favorece el crecimiento vegetativo y el color verde de las hojas.
- Restos de té: también tienen nitrógeno y otros nutrientes como el hierro, el magnesio y el zinc.
- Cenizas de madera: proporcionan potasio, calcio, magnesio y otros elementos que mejoran la calidad del suelo y la resistencia de las plantas al frío y al estrés hídrico.
¿Cómo preparar el fertilizante?
Existen diferentes formas de preparar el fertilizante natural con los restos orgánicos, pero una de las más sencillas y efectivas es la siguiente:
- Recolecta los restos orgánicos en un recipiente con tapa, preferiblemente de vidrio o plástico, y evita mezclarlos con otros residuos como carne, lácteos, aceites o sal.
- Añade agua hasta cubrir los restos y cierra el recipiente. Deja que fermente durante unas dos semanas en un lugar fresco y oscuro, agitando el recipiente cada dos o tres días para facilitar el proceso.
- Pasado ese tiempo, filtra el líquido resultante con un colador o una tela y guárdalo en otro recipiente con tapa. Ya tienes tu fertilizante natural listo para usar.
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- Puedes aplicarlo directamente sobre el suelo o diluirlo en agua en una proporción de 1:10 (un litro de fertilizante por cada 10 litros de agua). Riega tus plantas con esta solución una vez al mes durante la primavera y el verano, y cada dos meses durante el otoño y el invierno.
¿Qué beneficios tiene este fertilizante?
Este fertilizante natural tiene múltiples beneficios tanto para tus plantas como para el medio ambiente. Algunos de ellos son:
- Es económico: utilizas los restos orgánicos que de otra forma tirarías a la basura, ahorrando dinero en fertilizantes comerciales.
- Es ecológico: reduces la cantidad de residuos que generas y evitas el uso de productos químicos que pueden contaminar el suelo, el agua y el aire.
- Es nutritivo: aportas a tus plantas los nutrientes que necesitan para crecer sanas y vigorosas, mejorando su aspecto, su aroma y su sabor.
- Es preventivo: refuerzas las defensas naturales de tus plantas contra plagas, enfermedades y factores climáticos adversos.
Como ves, crear un fertilizante natural y ecológico para tus plantas con restos orgánicos que tienes en tu cocina es muy fácil y beneficioso. Solo necesitas un poco de paciencia y creatividad para transformar lo que parece basura en un tesoro para tu jardín. ¡Anímate a probarlo!