La planta de elefante, también conocida como pata de elefante o beaucarnea, es una especie de interior muy alta y decorativa que se caracteriza por su tronco ensanchado en la base, donde almacena agua, y sus hojas largas y finas que caen con gracia.
Es originaria de México y Centroamérica, donde puede alcanzar hasta 10 metros de altura, pero en maceta suele medir entre uno y dos metros. Es una planta suculenta, es decir, que tiene órganos especializados para retener agua y resistir la sequía. Por eso, sus cuidados son sencillos y se adaptan bien a los ambientes secos y luminosos.
Si quieres tener una planta de elefante en tu casa, estos son algunos consejos que debes seguir:
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Ubicación: coloca la planta cerca de una ventana que reciba mucha luz natural, pero evita el sol directo que puede quemar sus hojas. También puedes sacarla al exterior en verano, siempre que la protejas del viento y las heladas.
Riego: riega la planta con moderación, dejando que el sustrato se seque entre riegos. En invierno, reduce la frecuencia de riego a una vez al mes o menos. No mojes las hojas ni el tronco, ya que pueden pudrirse. Usa agua a temperatura ambiente y sin cal.
Sustrato: usa un sustrato específico para plantas suculentas o cactus, que tenga buen drenaje y aireación. Puedes mezclar tierra con arena o perlita. Asegúrate de que la maceta tenga agujeros en el fondo para evitar el encharcamiento.
Abono: abona la planta dos veces al año, en primavera y verano, con un fertilizante granulado de liberación lenta y bajo en nitrógeno. No abones en invierno ni en otoño, ya que la planta entra en reposo.
Poda: no es necesario podar la planta, solo hay que retirar las hojas amarillas o secas que puedan aparecer. Si quieres reducir el tamaño de la planta, puedes cortar el ápice del tronco con una herramienta limpia y desinfectada, y aplicar un cicatrizante sobre la herida. El tronco volverá a brotar con nuevas ramas.
Reproducción: la forma más fácil de reproducir la planta de elefante es mediante esquejes de tallo o de hoja. Corta un trozo de tallo o de hoja con una herramienta limpia y desinfectada, deja secar el corte unos días y luego colócalo en un recipiente con agua o en un sustrato húmedo. Mantén el esqueje en un lugar cálido y luminoso hasta que eche raíces. Luego trasplántalo a una maceta con sustrato adecuado.
La planta de elefante es una especie muy resistente y fácil de cuidar, que aporta un toque exótico y elegante a cualquier espacio. Solo hay que tener en cuenta sus necesidades básicas de luz, riego y sustrato, y disfrutar de su belleza durante muchos años.