Gissella Gallardo es una comunicadora de la industria deportiva que recientemente ha comenzado a utilizar sus redes sociales como medio de interacción con sus seguidores. En sus cuentas personales publica todo tipo de contenido enlazado a distintos aspectos de su vida personal pero uno de ellos siempre asombra: el romántico.
Si bien es cierto que Gissella Gallardo no ha efectuado demasiadas declaraciones explícitas sobre su separación con el reconocido ex futbolista chileno y colega de los medios de comunicación, Mauricio Pinilla, es gracias a Instagram que podemos enterarnos de las posibles indirectas que dedican.
La comunicadora estuvo pasando por meses muy difíciles en el último tiempo a causa de su ruptura amorosa y el fallecimiento de uno de sus seres más queridos, su padre, aunque parece que el tiempo y el afecto de sus hijos están siendo sus mejores aliados en el proceso de sanación.
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Recientemente la reportera deportiva ha hecho una de sus típicas publicaciones en historias temporales en Instagram en la cual subió una reflexión muy significativa sobre el amor (que fue efectuada por una página dedicada a ese tipo de contenidos) acompañada de un sticker con la palabra 'mood' (lo cual se traduce al español como 'estado de ánimo').
"Ya no estamos en tiempos de celar, revisar celulares y vigilar a nadie. En esta época se está con quien quiere bonito y si ya no quiere se le abre la puerta para que se vaya. Este siglo no es para mendigar amor sino para recibirlo a toneladas con quien hay conexión emocional."
Sin dudas una clara sentencia que determina que para la comunicadora este es el fin de una época difícil, que no está dispuesta a continuar con ciertas actitudes y que ya no se puede rogar más por el cariño ajeno. Ante este mensaje, el público ardió en especulaciones: ¿Será un nuevo palito para Pinilla?
Aunque aún no hay confirmaciones y por las propias palabras de Gissella Gallardo sabemos que aún intentan apoyarse en todo lo que sea posible, lo cierto es que la polémica separación entre los mediáticos parece haber dejado heridas que todavía no dejan de escocer.