Lejos ha quedado el 27 de febrero del 2010, el día en que un fuerte terremoto sacudió al país. Sin embrago, hay quienes no se olvidan del catastrófico evento, ya sea por las lamentables consecuencias, o por las anécdotas que surgieron. Es el caso de Mónica Rincón, quien hasta el día de hoy recuerda cómo fue esa difícil noche.
En uno de los últimos episodios del estelar de TVN que conduce Eduardo Fuentes, "Buenas Noches a Todos", Mónica Rincón fue la invitada de lujo del programa y se sinceró sobre distintos temas de su vida personal y su trayectoria en los medios de comunicación.
Fue así como la periodista llegó a hablar del recordado 27F, una fecha en la que tuvo que poner lo mejor de su profesionalismo y conducir el noticiero del que estaba a cargo en ese entonces, en medio del complejo contexto.
Según contó la comunicadora en el programa, cuando fue su turno de dar las noticias que iban llegando de a poco, tuvo que hacerlo mientras no sabía si sus padres se encontraban bien.
Además, Mónica desclasificó una insólita anécdota: tuvo que relatar la información en pijama y pantuflas, ya que cuando la llamaron del canal no alcanzó a encontrar su ropa o zapatos, porque justo estaba en remodelaciones de su clóset.
"Todos mis zapatos quedaron tapados por los libros, y lo único que encontré fueron unas pantuflas blancas, que estaban grises ya, asquerosas, yo las iba a botar y estaban al lado de mi cama, entonces me puse eso, agarré el celular, computador y partí al canal", detalló.
"Así salimos al aire, mucho rato y yo angustiada además por saber cómo estaba mi familia. Tal vez el momento más crítico fue cuando hubo un silencio en la sala de dirección", continuó.
Y es que en ese momento, Mónica Rincón fue notificada de que el epicentro era en Concepción, donde vive su familia. "Se me secó la garganta, me dio mucho nervio y como que traté de convencerme que al menos mi familia iba a poder verme y saber que yo estaba bien", cerró su tragicómica anécdota.