Fernando Solabarrieta es un reconocido periodista de ESPN que ha trabajado en la TVN y también en la cadena FOX. A pesar de su apretada agenda laboral, el comunicador encuentra en su familia la razón de su existencia y ama pasar el mayor tiempo posible con sus hijos.
Por eso, Solabarrieta se inundó de felicidad cuando su hija Maite, que se encontraba estudiando en una universidad de Estados Unidos, regresó al país para pasar las fiestas de fin de año y el verano con su familia. El relator deportivo no puede encontrarse más feliz.
¡Llegó mi regalo de Navidad! ¡Bienvenida a casa, princesa! Te amo.
Así anunció la pareja de la también periodista Ivette Vergara el regreso de su única hija mujer. Cabe señalar que Maite Solabarrieta ha integrado el seleccionado chileno de vóley y que, actualmente, en la universidad estadounidense donde se encuentra estudiando también es parte del plantel del equipo.
El periodista habló con LUN acerca del regreso de su hija, y habló acerca del hecho de que su hija se haya convertido en una jugadora destacada de esta institución: “Un año de adaptación desde lo académico y pudo jugar mucho, algo difícil para una recién llegada”.
Además, reveló qué fue lo primero que hicieron luego de que su hija pisara suelo chileno: “Comer mariscos, porque si bien somos una familia muy deportista, también somos tentados”. Por otra parte, el relator confesó que le prepararon una torta con manjar, su ingrediente favorito, que le regalaron ropa y un anillo que ella quería.
“En eso me ayudó mi hijo menor Iñaki”, contó el comunicador, quien además confesó que es "superpegote": "Me olvido que tiene 20, entonces la agarro a besos. Ahora que volvió le dije que iba a aprovechar de regalonearla y ella dijo, ‘ya, papá’, pero era para los primeros días nomás”.
Fernando Solabarrieta se prepara para despedir el año con la familia completa, con su esposa, sus dos hijos varones, Iñaki y Nicolás, y con Maite. Aunque le encanta pasar tiempo con ellos, reveló que le gusta que puedan elegir su propio camino con libertad: “Para mí es una dicha que mis niños puedan ir y venir”.